jueves, 30 de mayo de 2013

Su creatividad léxica

Analizaré superficialmente esta cuestión, que supone otro de los pilares del discurso político.

Como vimos anteriormente el léxico politico es capaz de trascender de su entorno y consigue salir de los parlamentos, ayudado por los medios de comunicación, e implantarse en el léxico común de la población. Nos encontramos así con construcciones propias de mensajes políticos empleadas en ámbitos como la educación, un buen ejemplo de ello es que hemos desarrollado una conciencia política desde diversos sectores como el mencionado de la educación, donde se realizan elecciones para claustros, delegados... tomando palabras como votaciones, recuento de votos y demás.

Consideramos que el lenguaje político se ha desarrollado en base a un punto de vista semántico-pragmático y que dicho discurso es principalmente práctico, con lo que no se utiliza el mismo lenguaje en un mitin electoral que en una jornada parlamentaria.

Se dan por tanto nuevas formaciones léxicas. las voces que crean los políticos muestran qué procedimientos de formación están vivos para el hablante común y a la vez favorecen otras creaciones que aumentan tanto la disponibilidad del procedimiento como su productividad. 

El léxico político muestra desde esta primera distinción aspectos muy interesantes, ya que si en alguna parcela lingüística están estrechamente vinculados la necesidad de designar y el deseo del hablante de impresionar al receptor es en ésta.

El habla de los políticos cumple o incumple las funciones referencial, expresiva, conativa, fótica, metalingüística y retórica del lenguaje.

Se crean nuevas realidades, y éstas son designadas desde un punto de vista político o ideológico. Por ejemplo cuando un ministro presenta una ley polémica y hay reacciones se desarrollan nuevas palabras que suelen crearse a raiz del nombre de dicho ministro, por ejemplo la ley sinde en referencia a la ministra de cultura Ángeles Gonzalez-Sinde.

Todos estamos acostumbrados a escuchar este tipo de construcciones y no nos resulta extraño oir "los rojos", los "antiwert" o los "chavistas" pues el lenguaje político usa los mismos mecanismos que la lengua común para crear esas nuevas realidades léxicas.


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