En el siguiente vídeo podemos asistir a un debate que tuvo lugar en 2004, cuando la burbuja inmobiliaria estaba a poco menos de tres años de estallar...
Como hemos oído de la boca de "expertos" e incluso profesores universitarios, no había burbuja inmobiliaria, ni siquiera riesgo de ello. Aunque como defiende el arquitecto en el debate, había indicios claros que indicaban la dirección que estaba tomando la industria de la construcción y a dónde nos llevaría. Siguiendo el discurso político que el anterior gobierno y su modificación de la ley del suelo y vivienda habían llevado a cabo, escuchamos la defensa del modelo de crecimiento constante del "valor real" que tenía la vivienda, llegando incluso a afirmar que la vivienda nunca bajaría porque sería perjudicial para la sociedad... En la práctica vemos que la anteriormente citada crisis económica no se inició durante el gobierno socialista, y aunque éste tardó en actuar y provocó que los daños fueran mucho más profundos, la realidad es que la raiz del problema ha sido el discurso político anterior, que fomentaba el "nosotros podemos". El apoyo de la banca a este modelo causó un "crack" global con la quiebra de varios de los mayores bancos del mundo (mientras que sus dirigentes salían por la puerta de atrás con los bolsillos llenos) que debido a la globalización e interconexión del sistema financiero mundial hizo colapsar otras economías a su paso.
Es muy facil para el actual gobierno que se han encontrado con un estado al borde de la quiebra, a la que ha sido llevado por el anterior gobierno, pero ¿Quién ha provocado esta situación? La situación que vemos en España en lo referente a los desahucios y los abusos bancarios son sólo la punta del iceberg si lo contraponemos con el caso estadounidense donde la pasividad del estado (manejado también por la banca) ha provocado que bancos, que fueron rescatados por el propio estado con el dinero de los contribuyentes, siguieran embargando viviendas... Os animo a que veáis "Capitalismo, una historia de amor" de Michael Moore.
Analizaré
superficialmente esta cuestión, que supone otro de los pilares del
discurso político.
Como
vimos anteriormente el léxico politico es capaz de trascender de su
entorno y consigue salir de los parlamentos, ayudado por los medios
de comunicación, e implantarse en el léxico común de la población.
Nos encontramos así con construcciones propias de mensajes políticos
empleadas en ámbitos como la educación, un buen ejemplo de ello es
que hemos desarrollado una conciencia política desde diversos
sectores como el mencionado de la educación, donde se realizan
elecciones para claustros, delegados... tomando palabras como
votaciones, recuento de votos y demás.
Consideramos
que el lenguaje político se ha desarrollado en base a un punto de
vista semántico-pragmático y que dicho discurso es principalmente
práctico, con lo que no se utiliza el mismo lenguaje en un mitin
electoral que en una jornada parlamentaria.
Se
dan por tanto nuevas formaciones léxicas. las voces que crean los
políticos muestran qué procedimientos de formación están vivos
para el hablante común y a la vez favorecen otras creaciones que
aumentan tanto la disponibilidad del procedimiento como su
productividad.
El
léxico político muestra desde esta primera distinción aspectos muy
interesantes, ya que si en alguna parcela lingüística
están estrechamente vinculados la necesidad de designar y el
deseo del hablante de impresionar al receptor es en ésta.
El
habla de los políticos cumple o incumple las funciones
referencial, expresiva, conativa, fótica, metalingüística y
retórica del lenguaje.
Se
crean nuevas realidades, y éstas son designadas desde un punto de
vista político o ideológico. Por ejemplo cuando un ministro
presenta una ley polémica y hay reacciones se desarrollan nuevas
palabras que suelen crearse a raiz del nombre de dicho ministro, por
ejemplo la ley sinde en referencia a la ministra de cultura Ángeles
Gonzalez-Sinde. Todos estamos acostumbrados a escuchar este tipo de construcciones y no nos resulta extraño oir "los rojos", los "antiwert" o los "chavistas" pues el lenguaje político usa los mismos mecanismos que la lengua común para crear esas nuevas realidades léxicas.
Continuamos en esta ocasión con ejemplos, de los conceptos que hemos ido enumerando a lo largo de varias entradas, sacados de la prensa escrita. Nos centraremos en esta ocasión en las críticas que hizo el entonces partido de la oposición (PP) a los recortes en materia social (haciéndose eco de la opinión pública y así manipularles con un discurso político enfocado para ello) llevados a cabo por el gobierno socialista. "El PP andaluz ha estimado en un seis por ciento el recorte que, "de media y aproximadamente", aplica la Junta de Andalucía en políticas sociales en los Presupuestos para el año 2013 respecto a las cuentas del año anterior, y, por ello, ha tachado de "tomadura de pelo" e "insulto a la inteligencia de los andaluces" el Plan Extraordinario de Acción Social dotado con 60 millones de euros incluido en dichas cuentas, ya que, según este partido, la cantidad que el Gobierno andaluz recorta en "transferencias a corporaciones locales y familias" es "mucho mayor" --en concreto, 94,6 millones de euros-- que la que destina a dicho plan." http://www.abcdesevilla.es/20121104/andalucia/sevi-presupuestos-junta-sociales-201211041747.html Aunque parezca mentira, estas acusaciones las hace un partido que ha recortado partidas en la totalidad de los ámbitos sociales, congelado pensiones, eliminado pagas extras a funcionarios, recortado derechos laborales y que además pretende privatizar la enseñanza y la sanidad, si no en su totalidad, en gran parte. Y parece que la gente olvida las promesas sobre el empleo que hicieron para llegar al poder.
Las siguientes palabras no necesitan análisis alguno, los giros en el discurso político son más que evidentes: "Rajoy, que llevaba semanas pidiendo un recorte del gasto público, acusó al presidente de acometer un "gran recorte de derechos sociales". También dijo que la "incapacidad" del Gobierno la van a pagar "todos los españoles", entre ellos "pensionistas y futuras madres"." http://www.publico.es/espana/312090/rajoy-critica-a-zapatero-por-recortar-derechos-sociales Os animo a que leais la totalidad del artículo, pues no tiene desperdicio, y así podamos compararlo con la situación actual y podamos evidenciar los patrones del lenguaje político que hemos estado tratando.
Seguimos ahora con los cambios en las opiniones y contradicciones en los discursos políticos de otros partidos, pues, como vimos al principio, las técnicas del lenguaje político no entienden de colores ni banderas. Son discursos tan maleables que caen por su propio peso. Vamos a centrarnos ahora en las críticas a las subidas de impuestos, pero lo importante es quién lo critica, seguimos pues y nada mejor que verlo:
En el video anterior podemos ver repetidamente el cambio direccional que ha seguido el actual gobierno y es facilmente apreciable punto por punto cada una de sus desafortunadas intervenciones, puesto que en la actualidad han obrado literalmente al contrario de lo que "defendían" y "prometían" para llegar al gobierno. A continuación veremos otras intervenciones, para muestra un botón:
El último video deja bien claro las contradicciones y manipulaciones llevadas a cabo por los políticos, y como hemos ido analizando, basando esta manipulación en el ejercicio de un lenguaje político, estudiado, estructurado y con un objetivo claro: el bien personal.
Como en el post anterior, expondré otro caso práctico del discurso político con intención manipuladora. En esta ocasión hablaré de la famosa "crisis". Éste es un tema espinoso y trataremos de vislumbrar los puntos claves que han ido produciéndose en el lenguaje político, intencionado y estudiado, como es propio de dicho lenguaje. Es un ejemplo claro de lo que hemos estado analizando como "la promesa" y los giros en los mensajes políticos. La mejor forma de entrar a discutir y ver los giros en dicho discurso es verla directamente:
En el vídeo podemos ver al señor Zapatero negando la mayor, que no hay crisis, más tarde negó haber prometido el pleno empleo, especificando que el objetivo era "llegar" al pleno empleo, habla después de la banca... El hecho de mentir y "matizar" la realidad es una constante en el discurso político, donde la mentira y la "mal interpretación" de sus declaraciones son dos conceptos ambiguos y apenas discernibles.
Podemos ver de nuevo las promesas y las posteriores negaciones de las mismas.
No es extraño comprobar que cuando los políticos defienden una idea y esta se tuerce, intentarán hacer ver que la nueva situación fue la que siempre anunció, de ahí el concepto de manipulación.
Vamos a adentrarnos en profundidad el la complejidad del lenguaje político y sus repercusiones. Empezaremos enumerando uno por uno los cambios de discurso que han ido siguiendo los políticos. Primero dejar claro que en la sucesión de estos post no hay que centrarse en el color político sino en el mensaje y los tropos que se emplean para manipular la ideología de la sociedad ayudándose de su color político. Empezaremos con un caso que movió como pocas veces a la sociedad española. Hablo de la participación de España en la guerra de Irak.
Los hechos: El partido en ese momento en el gobierno (PP) defendía la intervención militar en el territorio de Irak, basándose en las supuestas armas de destrucción masiva El gobierno de España en aquel momento se alió con Estados Unidos y Reino Unido para una operación conjunta en el país gobernado por Sadam Husein. La participación de España en dicho conflicto se reducía al envío de buques de guerra a la zona, en una llamada "misión de paz", que consistía en dar apoyo humanitario con los buques hospital. La intervención militar no tenía el visto bueno de la ONU, por lo que la opinión pública fue muy crítica y comenzaron las protestas. La participación de España y Reino Unido en el conflicto "provocó" actos terroristas en Madrid (2004) y Londres (2005). El gobierno de España atribuyó el atentado a la organización terrorista E.T.A. en un primer momento.
Análisis de los hechos:
Como expuse anteriormente el mensaje político que se defendía al comienzo del conflicto proponía la intervención militar como acción preventiva, el llamado discurso de concienciación, y aclaraba que la participación de los militares españoles sería pacífica y no entrarían en conflicto armado sino que irían en misión humanitaria. La no aprobación de la legitimidad del conflicto por parte de la ONU hace que las sociedades de gran parte del mundo se levante en protestas y revueltas. Estamos claramente ante otro tipo de discurso político, el de la ONU, y éste es al parecer digno de legitimar una guerra y otra no... Podemos apreciar claramente la disparidad del discurso en este sentido. "La masa" expresa su descontento y disconformidad, cosa que aprovecha en ese momento el partido de la oposición y se posiciona frontalmente en contra del conflicto, haciéndose portavoz de la opinión de "la masa". Tuvo lugar el 11 de marzo de 2004 el atentado terrorista en Madrid; el gobierno lo atribuyó el atentado a E.T.A. en los primeros momentos y utilizó RTVE para amplificar su teoría, tratando de desviar la atención del conflicto de Irak e intentando centrar el enfoque de "la masa" en el problema del terrorismo de E.T.A. que contribuyó a que el PP llegara al poder. Posteriormente Al Qaeda reivindicó el ataque, lo que provocó de nuevo revueltas contra la guerra. El atentado ocurrió muy cercano en el tiempo de las elecciones al gobierno de España. En el transcurso de todos estos acontecimientos el partido de la oposición "prometía" traer de vuelta a los soldados de Irak. Nos encontramos con la promesa (que analizamos anteriormente) con la intención de llegar al poder donde analizaremos la validez de la promesa y el cariz que toman estas promesas. Consecuencias del discurso: Cuando los ciudadanos eligieron al nuevo gobierno lo hicieron porque estaban en contra de "la guerra". No de de la guerra de Irak sino de la guerra como acto violento, como bien reflejaban las pancartas y lemas que se usaron en las manifestaciones. El partido de la oposición (PSOE) ganó las elecciones y cumplió su promesa de traer de vuelta a los militares, haciendo gala de esa ideología antibélica. Pero como es usual, en el mundo que estamos analizando, poco después apreciamos un cambio direccional en su discurso político. Un cambio en el sentido opuesto, pues pasa de replegar las tropas de Irak a enviarlas a combatir a Afganistan, conflicto que sí tenía el apoyo de la ONU (esa entidad legitimadora de la violencia), con lo que podríamos decir que el partido cumplió su promesa de traer de vuelta a las tropas pero con el contrapunto de que ellos no estaban en contra de "la guerra", estaban en contra de "esa guerra" en cuestión.
El antibelicismo se obvió en la ideología del partido progresista y del "no a la guerra" pasó al "sí a la guerra" si ésta tiene el visto bueno de la ONU. Tenemos aquí la primera y más flagrante incoherencia que recuerdo en un discurso político.
Cuando
afirmamos que el lenguaje político es permeable al total de las
capas de nuestra sociedad, lo hacemos basándonos en la fuerza y
repercusión que éste tiene, gracias y en gran medida debido a los
medios de comunicación y su influencia.
Los
medios de comunicación han adaptado el discurso político a su
propio sistema lingüístico, dándose calcos de situaciones en las
que se transcribe palabra por palabra la intervención de un político
en un acto concreto, o usando construcciones tal que así: "...por
tanto se han aprobado por la mayoría parlamentaria del Partido
Popular y el nuevo decreto ley saldrá adelante con el apoyo..."
ó "...donde el total de los escaños del partido de la señora
Díaz ha votado en contra..."
Podríamos
hacer una reflexión sobre este suceso más o menos profunda de esta
influencia del lenguaje político que deriva en un lenguaje
periodístico politizado y partidista. Como ya hemos visto se
producen calcos léxicos y semánticos propios del discurso político,
y con ello las noticias comienzan a estar dotadas de un cariz
partidario además de su caracter informativo, que es el propio del
lenguaje periodístico.
Al
ser la prensa, tanto escrita como hablada, quien intenta ser el nexo
de unión entre el mundo de la
política
y el común de nuestra sociedad, a menudo se deja influenciar por los
usos incorrectos como los que analizamos en el post anterior.
A continuación expondré
una serie de ejemplos sacados de la prensa escrita, mayormente
digital:
- “Para
rematar, ahora viene Cristóbal Montoro desde la tribuna del Congreso
y dice: «Señor presidente del Gobierno, señores y
señoras miembrasdel Gobierno, señores
diputados»” (Diariovasco.com, 13/01/2012) Al igual que en
el caso de la señora Aido, el error es cometido al usar una palabra
de género indefinido, dándole forma femenina para resaltar el
mensaje político, además de la consabida invención de la palabra
"miembra". Se comete además el error de especificar el
género que cita a un colectivo mixto. La forma correcta sería:
“…señores del Gobierno, señores diputados»”
-“Ángel
Rivas, secretario de Organización, quien agradeció la participación
«de los militantes y militantas»”
(Lavozdegalicia.es, 12/01/2012)
Como
ya vimos anteriormente la forma correcta de decirlo sería: “…
participación «de los militantes»”.
-“Por
ejemplo, ahora que nadie se estira en exceso cuando realiza su
trabajo, mi conserja- es que es mujer
y quiero señalarlo porque tiene más merito-…” (Intereconomía.com,
02/01/2012) De nuevo estamos ante un error al tratar de dar género a
una palabra que tiene género común para forzarle el género
femenino. La forma correcta sería: “…mi conserje, que es
mujer…”
-“La
propia concejala de Movilidad, junto a la alcaldesa en funciones,
Marta Gallén; la tenientade alcalde
del Distrito Centro, Marisa Ribes” (Elmundo.es, 30/12/2011) La
forma correcta en este caso sería: “…la teniente de
alcalde del…”
Como
vemos, el lenguaje periodístico también se contamina de los errores
intencionados de los discursos políticos, contaminando a su vez a
las masas que consumen estos medios de "información".
Basta
ver las noticias de varios canales distintos para percibir que el
mensaje que se cuenta siempre es el mismo pero, dependiendo de la
cadena donde se emite, el enfoque ideológico es claramente distinto,
contaminando el mensaje con una interpretación política cuando los
medios de comunicación deberían ser imparciales y solo ser
transmisores de la noticia en cuestión. Lo mismo sucede con la
prensa escrita, llegando en este caso a ser aún más palpable dicho
enfoque partidista, donde dependiendo de qué periodico en cuestión
leamos nos contarán la historia desde distintos puntos de vista,
siempre afines a la ideología del periódico.
Continuaremos ahora exponiendo y
analizando los casos concretos de estas “aberraciones” en pos de
una lengua “más igualitaria”.
Por todos es sabido el intento de los
políticos, en su discurso, de abanderarse como representante de un
sector concreto de la población, haciendo uso del lenguaje político.
Pero ese intento a veces llega tan lejos que se destapan sus
intenciones rápidamente.
Cuando hablamos de que los políticos
intentan manipular a las masas con su discurso, podemos apreciar que
lo hacen desde varias posiciones distintas y trataremos de ir
desvelando cada una de ellas en sucesivos análisis. El caso que nos
ocupa hoy es el del lenguaje tan “políticamente correcto” que
acaba siendo incorrecto.
En el video que tenemos a continuación
podremos asistir a uno de esos momentos a los que estoy refiriéndome.
Supongo que todos o casi todos habréis visto esta desafortunada intervención.
En primer lugar me gustaría decir que, como dije anteriormente, hay discursos direccionados del que pueden sacarse con mayor o menor dificultad el interés político, pero éste particularmente es tan extremadamente evidente que incluso un niño puede darse cuenta de ello debido a la incorrección gramatical que se comete.
En su discurso, la ministra de igualdad, y nada más comenzar ya comete el primer error gramatical referido al género: "...el consejo de ministros y ministras aprobará..."
Éste pasa más o menos desapercibido porque ambas palabras existen, pero ya notamos el matiz sexista que está tomando el discurso, porque aunque lo que la señora Aido trata de hacer (haciendo referencia a ambos sexos) es poner en valor por igual a los ministros y ministras del gobierno, lo que consigue es justamente lo contrario, ya que en esa construcción "el consejo de ministros" representa un colectivo, y por tanto es indefinido (no marcado, porque recordemos que en el castellano a lo que llamamos masculino no es tal, es el género no marcado, siendo el marcado el femenino) por lo que al añadir "ministras" no hace más que marcar el género femenino que ya está incluído en el indefinido colectivo.
La ministra de igualdad no podría sino defender la igualdad... ¿A qué absurdo vamos a llegar? ¿Tenemos acaso que construir una nueva estructura gramatical donde el masculino y el femenino estén siempre marcados? ¿No es esto más discriminatorio que la omisión de género?
Pero no es hasta el segundo 22" cuando suelta su joya lingüística: "...de los miembros y miembras de esta comisión..."
En este caso el error es totalmente apreciable porque la palabra "miembra" ni siquiera existe, la crea ella con su propio interés político. Pero pongamos atención a que no se trata de un discurso espontáneo, donde sería posible y admisible una equivocación, sino que es un discurso escrito y por lo tanto meditado y estudiado. De ahí que el supuesto error no lo sea tanto y se trate de una estrategia para llamar la atención sobre "el machismo" en nuestro país. Pero volvemos a la pregunta anterior ¿No es más discriminatorio marcar los géneros que omitirlos? Parece que el movimiento feminista que buscaba la igualdad está degenerando en el hembrismo, me refiero a ello en el aspecto de marcar por ejemplo el colectivo.
Hace un par de días en clase de crítica literaria estábamos hablando de la corriente feminista en la literatura, y un compañero de erasmus expuso una experiencia que había tenido que me llamó mucho la atención. Decía que iba a salir con un grupo de amigos, que mayoritariamente eran mujeres, y cuando llegó les dijo "¿vosotras vais a venir a cenar?"
y entonces uno de los hombres que había le dijo "se dice vosotros, porque si hay un hombre ya es vosotros", entonces al parecer él se escandalizó porque le parecía un lenguaje machista y seguía teniendo la misma opinión; tuvimos que explicarle que el colectivo es indefinido, no masculino, pero él seguía diciendo que era machista, y le dije "¿En el inglés hay palabras femeninas o masculinas aparte de he/she? a lo que me respondió que no, que todas eran indefinidas entonces le dije "pues en español el indefinido es el que te parece el masculino sino que nosotros sí tenemos una forma de femenino, por tanto ¿Qué lengua es más machista el español que tiene ambas formas o el inglés que ni si quiera contempla el género femenino?
¿Por qué tenemos que marcar un indefinido cuando hay más mujeres que hombres? Si decimos vosotras cuando hay por ejemplo 20 mujeres y un hombre estamos obviando a ese hombre porque al marcar el pronombre personal decimos que todos a quien nos estamos refiriendo son mujeres, mientras que si usamos vosotros estamos usando el pronombre indefinido y engloba las 20 mujeres y al hombre. A esto lo podemos llamar hembrismo.
Como dije, en un post anterior, el lenguaje político es permeable a las capas sociales y manipula su forma de concebir el mundo, adquiriendo puntos de vista partidarios y sesgados.
Como el
asunto que nos atañe hoy es bastante largo y necesita de una
explicación introductoria dividiré el tema en dos entradas
distintas. Hablo del empeño que en el mundo político (entre otros)
están poniendo en hacer énfasis en la diferencia de género.
La
manera de buscar el lenguaje "políticamente correcto" está
llegando a unos extremos que rayan lo absurdo. Parece increíble que
personas "cultas" (resaltemos las comillas en "cultas")
puedan incurrir en semejantes errores gramaticales en favor de un
afán político de "igualdad".
Pongámonos
en situación, expondré primero a qué me refiero, explicando punto
por punto: primeramente aclarar que estamos hablando de los errores
en los géneros. Aunque
no suelen presentarse muchos errores relacionados con los géneros
gramaticales, cuando se dan, son muy llamativos. Suelen darse por
intentar forzar una “igualdad política” sin poner atención a si
la palabra en cuestión tiene género gramatical indefinido o fijo.
Hay varios tipos de géneros en las palabras, las iré enumerando:
-Géneros
comunes, que son las que tienen igual forma para ambos géneros y son
los artículos y los adjetivos los que determinan el género.
Ejemplo: el/la pianista, un buen/una buena psiquiatra.
-Epicenos,
son aquellos cuya forma es única y pueden ser masculinos (personaje,
vástago) o femeninos (pistola, víctima). En este caso las
concordancia dependerá del género gramatical del sustantivo, no del
sexo referente.
Por
ejemplo: “la víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital
más cercano”.
Un
ejemplo de error de este caso sería el siguiente, hallado en prensa
digital:
-“Hoy
vamos a revelar los armas especiales de Pirata”
(Sunotadeprensa.com, 14/01/2012) La forma correcta en esta ocasión
sería: “hoy
vamos a revelar las
armas especiales de Pirata”,
Pues “arma”
es una palabra femenina y en su forma singular habría que decir “el
arma”,
pero en su forma plural se usa el artículo con género femenino.
-Ambiguos,
son los que admiten ser usados en uno u otro género, sin que ello
implique cambios de significado. Por ejemplo: “el/la
armazón”,
“el/la
dracma”,
“el/la
mar”,
“el/la
vodka”.
De los sustantivos ambiguos, sólo “ánade”
y “cobaya”
designan seres animados.
-El
masculino para ambos sexos, cuando el masculino gramatical de los
sustantivos que se refieren a seres animados se usa para referirse a
los de sexo masculino, pero también para referirse a la especie, sin
distinción de sexos: “El
hombre es el único animal racional”;
“el
gato es un buen animal de compañía”.
Lo mismo ocurre cuando se emplean en plural: “Los
hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales”;
“en
mi barrio hay muchos gatos”.
Sólo es necesario especificar los dos géneros cuando la oposición
de sexos es relevante: “La
proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo
progresivamente”.
Me
gustaría resaltar por último que cuando me refiero al masculino y
al femenino, me refiero a la idea de género de las personas, pues en
español el masculino no es tal, si no el indefinido y el femenino es
el género marcado.
Espero
que no haya sido muy pesado pero vamos a necesitar apoyarnos aquí
para comprender claramente qué tipo de errores se dan en los casos
que expondré más adelante.
Por
último quería decir que para el desarrollo de esta entrada me he
basado en un trabajo que realicé para lengua I.
¿Cuántas veces habremos escuchado estas palabras en el
inicio de un discurso político?
Cuando decíamos que el lenguaje político utilizaba mayormente
la función apelativa me refería en gran parte a este aspecto. Es una de las
primeras acciones que realizan los políticos: la promesa. Una promesa con un
fin claro, conseguir su objetivo de ser elegido para el cargo en cuestión a
cambio de facilitar, si lo consigue (y posteriormente es factible), un
beneficio para la comunidad a la que se dirige.
Los políticos saben que su éxito o fracaso depende de unos
electores a los que se dirige continuamente, lo que no implica que el mensaje
tenga que ser claro, a excepción de las campañas electorales, donde las ideas
se exponen claramente para llegar a su electorado en cuestión y así hacerlo con
más fuerza.
En este escenario confuso, aparece de forma repetida la
formulación de la promesa.
Podemos observar que aunque puede variar en su exposición,
su intención y su función comunicativa permanece íntegra.
Expuestos el contexto y el hecho, nos centraremos en
situarlo en las clases de “actos de habla” para verificar su validez semántica.
Según la R.A.E.
–Promesa:
1.f.Expresión de la voluntad de dar a
alguien o hacer por él algo.
2.f.Persona o cosa que promete por
sus especiales cualidades.
3.f.Augurio, indicio o señal que hace
esperar algún bien.
4.f.Ofrecimiento hecho a Dios o a sus
santos de ejecutar una obra piadosa.
5.f.Cantidad que se estampaba en los
pagarés de la lotería primitiva, como premio correspondiente a la suma que se
había jugado.
6.f.Der.Ofrecimiento solemne, sin fórmula
religiosa, pero equivalente al juramento, de cumplir bien los deberes de un
cargo o función que va a ejercerse.
7.f.Der.Contrato preparatorio de otro más
solemne o detallado al cual precede, especialmente al de compraventa.
De aquí podemos deducir el valor
y sentido de “promesa” en el discurso político, donde lo importante es
que la voluntad de ayudar o de hacer algo por alguien (en este caso el
electorado) quede bien clara. En su sentido de voluntad, obligación y
compromiso podemos apreciar que de no darse todos los componentes que la forman
dejaría de tener validez, y por tanto estaría vacía.
Para que la promesa deje de tener ese valor semántico deben darse
una serie de condiciones, que formarán una serie de reglas, por ejemplo no
serían válidas las promesas que no se refirieran al futuro, ni aquellas que
produjeran un perjuicio en vez de un beneficio.
Contamos también con la condición de lo obvio, pues dicha promesa
carece de validez. Por ejemplo no tiene sentido que un juez prometa que dictará
sentencia pues es algo que está ligado a su labor, o que un dependiente prometa
que venderá los artículos de su tienda…
Otra condición necesaria para la verificación de la validez de la
promesa es la convicción total de la posibilidad de llevarla a cabo.
Por ejemplo si alguien dice: -Prometo que te compraré un coche.
Tiene que darse que el
emisor tenga la intención de comprar un coche a alguien, que eso conlleve un
beneficio para quien lo recibe( que sea alguien que pueda usarlo, por ejemplo
no le serviría de nada a alguien ciego), que haya un sitio donde comprar el
coche, que tiene el dinero para comprarlo…
En lo referente al político tenemos que analizar el hecho de que
la promesa se emite desde una posición incierta, desde el supuesto de que
ocurra un determinado suceso, pues para el “cumplimiento” de esas promesas
tiene que darse la condición de que finalmente el político salga elegido, por
lo que la promesa política está basada en una condición por lo que su validez
semántica se ve mermada o incluso anulándose su valor lingüístico.
-Si llego al congreso… Si me votais… Si gano las elecciones…
Hola a todos; para empezar con el punto que voy a tratar conviene
hacer una breve introducción de lo que podemos considerar el lenguaje político
y así acotar sus límites.
Como es propio de una actividad social concreta, genera su
propio sistema lingüístico como el resto de lenguajes sectoriales (médicos,
legales…), los factores básicos son que generan su propio léxico, uso de
préstamos lingüísticos, uso de neologismos, etc. Una de las diferencias más
palpables con respecto a las otras jergas profesionales es que hace un uso repetido
de la función apelativa, pues con sus exposiciones y discursos intentan
manipular o guiar al receptor-electorado para conseguir un respaldo de sus
intereses personales (o de sus partidos). Otro punto a destacar es su casi
permanente presencia en los medios de comunicación de nuestra sociedad con la
consiguiente penetración en todas las capas sociales.
En lo referente al léxico político podemos decir que
cualquier palabra o locución perteneciente a cualquier ámbito es susceptible de
incorporarse a dicho léxico, pues éste no es muy abundante ni reciente.
Podemos observar un cambio evidente en el antes y después de
la transición democrática en España.
Al comienzo de nuestra joven democracia el léxico político
se basaba en componentes sintácticos precisos con alta carga de contenido
ideológico, donde no había espacio para la ambigüedad. Los discursos políticos
estaban dirigidos a sectores sociales que estaban muy marcados por unas doctrinas
bien definidas, y los términos que se usaban más frecuentemente eran aquellos
que hacían referencia a grupos ideológicos concretos: “fascistas”, “comunistas”,
“rojos”, “nacionales”… así como “revolucionario”, “campesinado”, etc.
De ese “despertar” hasta nuestros días, el lenguaje político
ha evolucionado sobremanera, de modo que ha pasado de un lenguaje de la ideologización
al de la tecnificación, que ha traído consigo la ambigüedad, mayor oscuridad, y
unas estructuras sintácticas más complejas. Esto también tiene su parte
positiva, pues ha abandonado los términos simplistas que son usados por los
lenguajes de regímenes totalitarios y que buscan una reacción emocional.
En conclusión, hemos pasado de un discurso político que
incitaba a iniciar revueltas en diferentes ámbitos (militares, sociales,
políticos…) con fines ideológicos a discursos que buscan manipular y confundir
a un electorado pasivo en busca de unos intereses con fines partidarios o
particulares.
En esto podemos reducir de qué se trata el lenguaje
político; veremos más adelante sus diferentes usos y funciones.